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Revista VIVA: "Me gusta sentirme sexy" Lali Espósito (30-11-14)

"Me gusta sentirme sexy" by Lali Espósito - Revista VIVA (30-11-14)





ENTREVISTA.A los 23, después de 13 años en la tele, la ex Teen Angels, dedicó el año a su carrera solista como cantante. Ya la vieron más de 30.000 personas. "No me la creo", dice.

link: http://www.clarin.com/viva/Revista_Viva-Lali_Esposito-Peter_Lanzani-Violetta-Ten_Angels_0_1258074426.html#


Duerme poco porque le cuesta y, además, admite, piensa mucho. En la mesita de luz tiene un anotador donde escribe esas ideas que aparecen en la mitad de la noche cuando está “semi dormida”. También usa el block de notas del celular: “Es que estoy todo el tiempo pensando”, justifica ella. La cosa es que seis horas de descanso le bastan para recuperarse y salir a la cancha. “Siempre fui pilas, muy enérgica, no puedo estar sin hacer nada. Me aburro si no”, confiesa Lali Espósito. Y no miente. Después de 13 años en la tele, el 2014 lo dedicó íntegramente a la música. Lanzó su primer disco Lali y le fue bárbaro: ya la vieron 30.000 personas en vivo y vendió 18.000 discos. Cuenta con más de 2 millones de seguidores en Twitter y casi 100.000 me gusta en Facebook.


Pero su popularidad no es de ayer. Lali tiene varios kilómetros recorridos en la tele. A los 10 años, bajo el ala de Cris Morena, debutó en Rincón de luz. A esa altura –que era poca, digamos– ya se destacaba por su personalidad, carisma y belleza. Siguió haciendo carrera en Chiquititas, Floricienta y Casi Angeles, ciclo que derivó en la banda TeenAngels, de la que fue parte junto a Peter Lanzani (quien fuera su novio desde los 14 a los 18 años), Nico Riera, Eugenia Suárez y Gastón Dalmau. El grupo llenó varios teatro Gran Rex y se movían como estrellas de rock. Para ese entonces Lali ya era la ídola de miles de adolescentes.


El año pasado dio un volantazo y entró en el mundo Pol-ka. Hacía tiempo que Adrián Suar la quería en su productora y consiguió que hiciera el papel de una de sus hijas en la tira Solamente vos, que fue un éxito. “Haber podido hacer esa comedia, con esos protagonistas (Suar, Natalia Oreiro), fue una bisagra. La vio todo el mundo y aquel que no sabía quién era yo, me conoció. Me pasó de subirme a un taxi y que el taxista me dijera: ‘Vos sos la hija de Suar, ¿no?’ Se agrandó el abanico de edades y de reconocimiento en la calle. Y de cariño. Porque la gente es muy cariñosa conmigo”, subraya.



¿Por qué la gente es tan cariñosa?
Porque yo muestro una cosa muy relajada, como soy. Nunca me armé un papelito televisivo. Me parece que eso el público lo capta.

¿Cómo fue lanzarte como solista?
Abriendo los ojos. Yo veía que había un espacio vacío para la juventud. Sumado a que estudio canto y baile, y quería hacer algo con esto que me apasiona. Y de verdad: estar arriba del escenario es la sensación más feliz del mundo. Y veía ese espacio vacío. Humildemente lo digo no porque yo fuera a ser una maravilla, pero pensaba: ‘No hay una actriz que se anime a cantar, a ponerse el traje y cantar con todo una puesta, con un estilo de baile entre el hip hop y el dance’. Y bueno ahora yo, con mi metro cincuenta, me clavo el body dorado y lo hago.

¿Te considerás sexy?
Me gusta sentirme sexy. Y me copa jugar con eso dependiendo de la situación...

Jugás con la sensualidad y hay mucho perreo en tus shows...
(Risas) ¡Como cualquier chica! Es lindo sentirse sexy y jugar con eso. En el escenario sos un personaje. Sí, los hombres se me acercan, pero siempre con respeto y desde el halago.

Contame cómo armaste la banda.
(Risas) Cuando estábamos terminando con los TeenAngels, los músicos sesionistas del show se me acercaron y me dijeron: ‘El día que quieras hacer música tuya estamos, porque nos gusta como te manejás en el escenario. Contá con nuestro estudio’. Y así fue. Pasó un año y los llamé. Nos juntamos y empezaron a salir temas. Les conté desde el primer día el estilo que me gustaba. Además la música tenía todos los condimentos que yo necesitaba para volcar mis ideas: armar el look, lo que mostrás, la imagen.

Tus shows tienen una estética muy norteamericana, pero no estás asociada a ninguna productora internacional, ¿por qué?
La estética yanqui era la idea para que se vea que en Argentina se pueden hacer estas cosas. Y justamente por mi onda, hemos recibido llamados de felicitaciones desinteresados de productores de Sony y Warner. Ahora estoy analizando el proyecto de cómo llevar mi música al exterior. Veremos. No hay nada por ahora concreto. Siempre y cuando yo no pierda las riendas de lo artístico y de lo que quiero hacer. Y que no elijan nada por mí. Me convertí en una freak, más habiendo probado el sabor de lo independiente. Pero tengo un gran equipo que me acompaña, managers, bailarines, vestuaristas y diseñadores que hacen trajes sólo para mí; Esteban Varela y Néstor Stansoni, que han sido músicos y stage de sonido de Charly García, Fito Páez, son número uno...



Un poco de historia. Creció escuchando a Freddie Mercury, Madonna y Michael Jackson. Le llamaba la atención su música, el estilo de las letras, cómo se movían. “Eran unas bestias, diferentes a todo lo que había”, recuerda Lali, quien llegó al mundo el 10 de octubre de 1991. “Soy de Libra, y de carácter fuerte. Cuando estoy cruzada, soy lo peor que podés ver. Me sale la tanada”, advierte la chica, que se recibió en el colegio San Vicente de Paul, en Parque Patricios, su barrio. Era buena alumna aunque siempre supo que quería ser actriz. “Pero era una chica de re barrio y veía muy lejos poder llegar a la tele.” Pero una mañana de 2003 su suerte cambió. En complicidad con la hermana, se escapó de la casa para ir a un casting en Palermo que habían visto en una propaganda. Con la buena estrella de que se metió en la fila equivocada: “Y terminé haciendo la cola para una prueba privada que tomaba Cris Morena, que era re cerca de dónde yo iba”, recuerda.

¿Y qué pasó ?
Cuando entré a la prueba me preguntaron de dónde venía, pensando que era de alguna agencia y yo les dije que venía de mi casa. Hablamos un poco más y me fui recaliente porque no me habían hecho actuar. A la semana suena el teléfono en casa, atiende mi mamá. ‘¿Cris Morena?’, ‘¿Qué casting?’. Y bueno, se lo tuve que contar. Entré a Rincón de luz y no paré de trabajar. Tenía 10 años.

¿Te mandabas macanas?
(Piensa) Uy, a ver, no sé, no soy muy catrasca. No hacía locuras de chica y mis papás me tenían que retar....

¿Qué cosas seguís teniendo de hija?
Soy re celosa de mi mamá y de mi papá, de mis hermanos. Soy la mejor hija lejos (Risas). Soy celosa del cariño... Es tan importante para mí ese lugar, el lugar de mi casa, el real, que lo cuido mucho. Me encanta ir el domingo y ser hija: que mi papá me sirva el asado, que mi mamá me de un beso en la frente. Todo eso no lo puedo perder porque me mato. A veces uno se confunde y por tanta responsabilidad e independencia económica te ponés en el lugar de padre, padre de tus hermanos (tiene dos hermanas)...



Hablando de lo económico, vendiste muchos discos, ¿estás ganado plata?
Sí, vendimos muy bien, pero todavía no estamos ganando plata con esto. Hasta el momento fue mucha inversión. Y está bien. Para eso trabajé diez años de mi vida. Rompí el chanchito ...

Pero, ¿no ganás por los shows?
No siempre, y aún a sala llena. Porque mi show es muy caro. A veces me quieren bajar la calidad y yo no quiero. Me armé uno de gira que también se ve muy lindo. Pero bueno, los cinco Opera que hicimos fue pura inversión, pero tiene que ver con el apostar y con la independencia. Me gusta que así sea.

¿Está bueno trabajar con tu mamá?
¡Me encanta! Mi mami, Majo, es nuestra productora de gira, llegamos a los lugares y está todo perfectamente organizado. Aparte es muy buena persona, pega con la energía del equipo. Disfruto de estar con ella y de verla feliz.




Lo que viene. Emprendedora y detallista, Lali ya sabe cómo se organizará el año que viene para combinar la tele y la música. En febrero empezará a grabar Esperanza Mía, una nueva novela que producirá Pol-ka para El Trece, donde será la protagonista junto a Mariano Martínez. “De lunes a viernes, estaré diez horas grabando y los fines de semana seguiré de gira por todo el país”, cuenta. De hecho, tocará en Mendoza (hoy), San Juan (1/12), Catamarca (4/12), Santiago del Estero (5/12), Tucumán (6/12), para cerrar el año presentando el disco en el Teatro Goya de Madrid (13/12). “Estoy muy feliz con todo lo que me está pasando. Y en febrero, le sumo la tele”, dice.

¿Y qué sentís ante tu primer protagónico en tele? ¿Lo esperabas?
Sí, pero no pensé que llegaría tan pronto. Me da mucha responsabilidad. Me encanta. Aparte es linda la historia. Mi personaje es una chica de pueblo, que se escapa por algo trágico que le pasó y se esconde en un convento. Así que hago de novicia, que esconde un secreto. Y estoy trabajando en la música de la novela también.

¿Será una onda La novicia rebelde?
Sí, hay un coro de monjas que cantan y compiten. Está Gabriela Toscano, que va a hacer de mi madre, que es una hermosa actriz; Angela Torres, Ana María Picchio, Rita Cortese. Y Marianito Martínez que es un galanazo. El no va a cantar, creo, hace de cura.

¿Te gusta cómo actúa Mariano?
Es un gran galán. Creo que sabe tocar esa tecla, y la comedia siempre le queda muy bien.

Ahora que volvés a la tele, se sumarán más seguidores de los que tenés, ¿cómo lidiás con la demanda en las redes sociales? Tenés miles de clubes de fans y dan todo por vos...
(Risas) Sí, son talibanes. Hay una energía fuerte ahí...

Algunas fans quieren que te arregles con Peter, ¿qué sentís con eso?
(Vuelve a reír) Pero chicos, ¡hemos cortado hace cinco años! Sí, quedaron fanáticos de la pareja. No me enoja, cómo voy renegar de algo que sucedió realmente. Fuimos novios, hicimos de novios en la ficción, eso en el fan joven genera empatía. Fue un lindo momento. Lo quiero a Peter, crecimos juntos, pero hoy tenemos buena onda, nada más.

Martina Stoessel (Violetta) , la novia de Peter, también canta, ¿la considerás competencia?
No la considero rival, además lo que hace es para un público más chico. Aparte no es comparable desde el hecho que es un producto con el marco maravilloso de Disney.





Algo personal. No tiene cábalas ni es supersticiosa. Sin embargo, lleva colagada siempre una cadena de plata con un “budita”, que se compró ella. Vive sola y se las arregla bien, cuenta. Todavía no convive con su novio, el actor Benjamín Amadeo, y menos que menos piensa en casarse: “Igual hoy me veo para siempre con él, pero casarme no. La vida dirá.Además, el concepto del casamiento no es algo que me quite el sueño. Si sucede haremos un fiestón, pero no está entre mis objetivos para nada, no me parece importante”.

Entre la tele y la música, ¿cuándo ves a tu novio?
Muy seguido. Siempre que puede viene a las giras. El también es músico y toca re bien. Hace 4 años que estamos juntos. No podemos ser más compatibles porque ya sería un afano.

¿Algún otro sueño por cumplir?
No. A mí me pasa algo que es muy genial: cumplí muchas cosas que pensé que eran imposibles. Me remonto a mi niñez. En mi casa de Parque Patricios lo mío era jugar al fútbol con mis vecinos, y con las tres Barbies que tenía. Esa era mi vida.

Se hace un silencio y Lali se emociona. Empieza a pucherear y se seca las lágrimas rápidamente. No hay testigos en la habitación del hotel de Palermo donde se hicieron las fotos, y donde se produce la charla. “Nunca me pasó esto de llorar –suelta sin vergüenza, sentada tipo Buda en una cama matrimonial–. Me emociono porque de chica mi futuro parecía ser otro. Romper estructuras, salir y demostrarle a la gente que se puede hacer otra cosa, es fuerte. Y eso que a mí se me hizo fácil, muy, demasiado, pero había algo de energía que iba para adelante. Tomarme un bondi, equivocarme de casting y terminar trabajando con Cris Morena, eso es culo. Tuve una cuota de suerte.”

¿Qué más te emociona?
Lo inesperado de la vida, la sorpresa. Y además estoy sensible porque esta mañana me llamó mi mamá y me dijo: ‘Hija, te felicito por todo lo que estás logrando solita’. Mis padres son hermosas personas. Mi papá (Carlos) siempre me dijo: ‘Hija, vos nunca pierdas el valor de que trabajás de lo que querés’. Y sí, eso es único. Pero más allá de la suerte que tuve, yo sola sé lo que trabajé y a qué cosas le hice el ole para mantener mi forma de ser.

Ahora que estás arriba, ¿es difícil no creértela?
No me subo a nada porque tengo un entorno en mi vida que no me lo permitiría. Además, a los 23 te das cuenta quién se te acerca porque quiere sacar provecho y quién porque te quiere de verdad. Por suerte tengo mis amigos del colegio y de toda la vida. Soy bien de barrio y de eso no me olvido. Yo me acuesto a dormir y sé cómo soy...

¿Y cómo sos?
Soy real, así como me ves, eso es muy aliviador para mí. No soy careta y si lo fuera creo que tendría una vida muy miserable. Siento que puedo surfear las olas en paz, voy al frente, pero con el respeto que me han dado mis padres. El día que no me maneje así, pondré un parripollo en Villa Urquiza...

Qué carácter. ¿Sos mandona?
(Risas) Para el trabajo, sí; para la vida soy más manejable. Mirá, yo creo que tiene que haber una gotita del ego que todos tenemos. El problema es que hay que tenerlo bien acomodado. Yo lo tengo acomodado en lo profesional. Por ejemplo: yo salgo al escenario y para mí soy la mejor. Y no soy la mejor: no canto mejor que otro, no soy la más alta ni la más linda, pero yo tengo que creer que soy todo eso. Salgo y te juro que mido un metro ochenta, soy rubia natural y el ego se pone en el lugar que tiene que estar para entregar un gran show. Después el ego se guarda y se acomoda para seguir con la vida. Te mentiría si te dijera otra cosa.






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