Lali Espósito en Revista NUEVA (Entrevista)
ENTREVISTA
Muñeca Brava
Por Belén Herrera.
Las luces se encienden, la música comienza a sonar y es entonces, justo en ese instante en el que sale a escena, cuando Lali Espósito siente que nació para ser artista. En ese momento de conexión absoluta confiesa no pensar en nada. Asegura que se le pone la piel de gallina y se apodera de ella una adrenalina que le cuesta describir en palabras. Aunque, verborrágica como es, esta libriana de 26 años no deja de intentarlo: “Si tuviera que dedicarme a otra cosa, lo haría porque uno tiene que vivir de alguna forma, pero esto es espectacular, adictivo. Por eso, no es tan fácil bajarse del escenario: ahí arriba está tu verdad, lo que realmente sos. El resto es espuma”.
Impulsada por ese espíritu, hace cinco años se atrevió a romper el molde. Tras el éxito de Teen Angels (banda que formaba junto a Peter Lanzani, Nicolás Riera, Gastón Dalmau y Eugenia “China” Suárez), lanzó el sencillo A bailar, que recibió el premio Kids’ Choice Awards Argentina a la canción latina favorita. A partir de entonces su carrera cobró un ritmo vertiginoso que la hizo viajar con su música a lo largo y a lo ancho de todo el mundo. Con esa combinación explosiva de carisma y talento (que solo unos privilegiados tienen la suerte de tener), se transformó en una de las preferidas del público más joven. La actualidad la encuentra con múltiples desafíos: la edición de su tercer disco, el estreno de la placa en el mítico Luna Park (23 y 24 de agosto), el protagónico de una película y la participación en Talento Fox, un show en el que, junto a Diego Torres y Wisin, ayudará a aquellos que fantasean con ser cantantes. Respecto a esta aventura televisiva, anticipa: “Con Diego y Wisin no somos jurados, sino directores, ya que no estamos ahí para juzgar, sino para aconsejar con buena vibra. De hecho, nadie va a hacer de ‘malo’ ni interpretar ningún otro papel. Los tres somos nosotros mismos, genuinamente. Y eso es un diferencial en comparación con otros programas semejantes. Hay un sinfín de personas con capacidades para el canto, pero tienen trabas que los alejan de ese sueño. Es fascinante comprobar cómo superan sus traumas y van mejorando cada vez más”.
–¿Cómo la pasaste en esta nueva faceta?
–Bárbaro, me superdivertí. Nunca habíamos coincidido trabajando con Diego ni con Wisin. Fue increíble porque tenemos algo muy similar en el modo de ser, de tratar a los demás, y hasta en nuestras propias historias. Ellos tienen veinte años de trayectoria, pero los tres tenemos muy presentes nuestros inicios y los esfuerzos que tuvimos que hacer. Con Wisin somos más distintos, porque él tiene una cosa muy urbana y una idiosincrasia más bien centroamericana. En cambio, con Diego, somos megaargentos. Toda esa fusión da como resultado algo muy groso.
–Debutaste en este ambiente siendo muy chiquita, aprendiste rápido el oficio y te convertiste en una estrella pop. ¿Te sentís una afortunada?
–Sí, ni hablar, y por un montón de factores. La vida es extraña porque, de pronto, estás en el lugar indicado, a la hora exacta, y tu realidad cambia por completo. Disfruto de todo lo que me está sucediendo, pero sigo siendo muy cuidadosa con lo que digo, porque no tengo la postura de “Ay, soy una genia”. Al final de cada recital me reúno con mi banda y mi director musical, y me pueden tirar frases como: “Fijate que pifiaste tal nota o te metiste mal en esta estrofa, hay que practicar esto”. Y yo agradezco que pase eso, siempre y cuando sea con cariño y con la intención de crecer individual y colectivamente. La crítica por sí misma no sirve. A veces me pasa en las redes que leo comentarios del estilo “Sos fea”. Sinceramente, no les presto atención a quienes no pueden fundamentar una afirmación, pero si me escriben porque no les gusta tal o cual canción, es una opinión, la acepto y es superválida.
–¿Cómo manejás el universo de las redes?
–Bastante piola. No me engancho nunca y no me afecta. Por lo tanto, no soy de bloquear, ni de borrar nada... Normalmente no leo mucho, a menos que suba algo y me interese ver la repercusión o el debate, como con la despenalización del aborto. Me sorprendió cómo la gente puede escribir cosas tan tremendas, cargadas de tanta ignorancia. Entiendo que hay que respetar cada posición, pero no cuando se cae en la violencia y en la agresión solo porque no se está de acuerdo con el otro.
–Se te advierte una obsesiva del trabajo. ¿Es así?
–Sí, puede ser. Es que amo lo que hago y eso hace que no mida el paso del tiempo. Cuando te copa algo, estás prendido a eso en un ciento por ciento. Admito que mis días son re intensos. Me levanto muy temprano y termino muy tarde. Pero no me quejo.
–¿Qué podés decirnos sobre Brava?
–Es un disco que me enorgullece porque esta es una industria que tiene sus obstáculos. Hay como ciertos tips que tenés que cumplir para estar en el universo musical comercial y yo decidí desentenderme un poco de eso. Siento que las canciones no se parecen a ninguna de mis anteriores, ni siquiera a las de otro artista. Para mí eso es fundamental porque, si no, es como que me aburro. En esta placa buscamos bucear más por mi sangre familiar italiana. De hecho, hasta hay cadencias de bolero.
–Lo tuyo es un suceso por donde se lo analice, pero ¿es complejo hacer música en la Argentina siendo mujer?
–Es una pregunta que no tiene una sola respuesta. Todavía es complicado pa-ra la mujer imponerse en
diversos ámbitos. No obstante, considero que es una buena etapa para la música femenina, tanto a nivel local como internacional. Nosotros tenemos una música que es fenomenal, pero cuando yo lancé mi primer disco pop, y de esto hace ya cinco años, no existía una propuesta así. Después, muchas famosas se animaron a mostrar sus canciones, lo que me provocó una gran alegría.
–¿Abriste puertas?
–Sí, claro. Lo conversé con actrices que me decían: “Che, ¿cómo puedo hacer?”. Jimena Barón me llamó porque no tenía idea cómo se sacaban las canciones, o adónde se subían. Para mí fue un placer darles una mano, porque yo empecé sola. Y eso requiere mucha valentía.
–Te arriesgaste con el género que elegiste. Un tipo de pop con más influencia anglo que lo típico nacional.
–Sí. Y no se cansaban de repetirme: “Estás loca, es la Argentina”. Pero tenía una fe ciega de que había un público pop como yo. Y me lo demuestran en cada show en el que cantan en nuestro idioma letras que antes estaban acostumbrados a hacerlo en inglés. Eso a mí me genera orgullo.
–¿Qué es lo más difícil de ser Lali Espósito?
–Salir esbelta en las fotos es todo un tema (risas). No sé si pasa por el nombre o la fama. A cualquier persona que está muy ocupada le pasa lo mismo, y me refiero al hecho de no poder compartir todo lo que les pasa a tus pares. Capaz estás lejos y es el cumpleaños de tu sobrino o te perdés el festejo de un amigo. Esas cuestiones más íntimas son las que te tocan alguna fibra. Pero estoy segura de que lo mismo le ocurre a un médico con la agenda llena de pacientes. Lo que pasa es que con los artistas todo se magnifica.
–¿Uno se habitúa a la exposición?
–Depende de cómo la lleves…
–¿Y vos cómo la llevás?
–Bien. La clave radica en cómo está uno. Quien no está en su eje estará disconforme con o sin reconocimiento. Ninguna situación le caerá en gracia. Ahora, si estás bien en las aristas más importantes de tu vida, te podés llevar muy bien con todo: la fama, la exposición... Cuando estás relajado, el público se acerca con buena onda. No es un drama; al contrario. Y si me molestara, me pondría una panadería y sería feliz también. Pero si uno no tiene nada que esconder y es copado con los demás, te devuelven la mejor.
Acusada
En septiembre, la ex Casi Ángeles protagonizará en cine esta película dirigida por Gonzalo Tobal, y en la que estará acompañada por Leonardo Sbaraglia, Inés Estévez, Daniel Fanego, Gerardo Romano y Gael García Bernal. Allí se cuenta la historia de Dolores Dreier, quien tiene la vida de una joven estudiante hasta que su mejor amiga es brutalmente asesinada. Ella es la única señalada por el crimen en un caso de gran exposición mediática: todo el mundo tiene una opinión acerca de su inocencia o su culpabilidad. “Es una nube negra de confusión y de angustia”, define Lali. Y continúa: “Me encantó la experiencia de encarar un drama. Era una tecla desconocida para mí. ¿Si voy a repetir el género? Si me inte-resa el argumento, volveré a ir por esos pagos, pero si me proponen una comedia, lo haría con gusto, porque amo hacer reír”.
Brava
Así se llama el flamante álbum de Lali. ¿Por qué el nombre? “En ningún tema está incluida esa palabra, pero cuando terminé de grabar y escuché el material, me dije a mí misma: ‘¡Te pusiste brava, Lali!’. Hay letras muy sensuales que abordan el amor, pero no de una manera burda. Y creo que eso es muy interesante en la actualidad. Se habla de la sexualidad, pero desde un lugar muy femenino, muy puro. Lo de ‘brava’ es en el buen sentido, no de mala onda, sino de fuerza, de power”. Tras una gira por Milán, Tel Aviv, Madrid y Barcelona, lo presentará en el Luna Park, y después continuará el tour por Santa Fe, Córdoba, Rosario, Rafaela, San Juan, Mendoza, Salta, Tucumán, Mar de Plata y Corrientes.
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